En las últimas décadas, la lucha por los derechos sexuales de la ciudadanía ha sido una noticia permanente, todo provocado por las revoluciones sexuales de mediados del siglo pasado. Es una buena cosa que todas estas diversidades se hayan concentrado en siglas LGTBIQ+; un compendio de entender la sexualidad de diferentes formas, y cuyos miembros todos unidos pueden hacer una lucha mucho más visible y eficaz.
Pero lo malo es que, entre tanta sigla, puede que algunos todavía tengan ciertas confusiones con algunos conceptos, como pueden ser las diferencias entre gay, transexual y travesti. En la cultura machista y patriarcal que se ha vivido hasta hace poco, y que aún no ha acabado, cualquier comportamiento con tintes homosexuales o afeminados era metido en el mismo saco. Así, se ha usado maricón para todo como adjetivo despectivo, pero sin comprender que la identidad sexual de cada uno de estos hombres (y mujeres) era diferente en cada caso.
Parece ser que hay mucha confusión con el travestismo; al hombre travesti se le considera homosexual, pero no tiene por qué ser así. El vestirse de mujer puede ser solamente una especie de fetichismo sexual, que para nada quiere decir que el hombre que lo practica sienta deseo sexual por otro hombre. Claro que por otro lado puede haber gays, hombres que abiertamente declaran preferir el sexo con otros hombres, que gusten también de travestirse, pero aquí ya entran en juego las preferencias sexuales.
La cuestión más peliaguda, sin duda alguna, se refiere a la transexualidad. De manera formal, hablamos de disforia de género, y esto está más allá de una preferencia sexual. Estas personas se sienten como un género diferente al que tienen por su propio ADN; por ende, dicen estar en un cuerpo (entiéndase por esto órganos sexuales) que no es el suyo. Más allá de esto, pueden ser gays o no, ahí sí que entra la opción sexual; o tanto como puede ser una opción ser hetero, homosexual o bisexual.
Entonces, si veo porno trans, ¿me gustan las tías, me he vuelto marica o directamente un degenerado? Esta pregunta se la hacen muchos de los tíos que ven sexo con transexuales en videos de porno online. Y que conste que estas webs porno reciben muchas visitas a esta categoría, no es que estas dudas cohorte a los cibernautas de hacer sus visionados. Se entiende el morbo, claro está, porque las tías shemales (ya operadas parcialmente y con terapia de hormonas), como poco, despiertan curiosidad; y algunos tíos no gestionan eso muy bien, no lo toman de forma natural. Pero desde aquí una llamada a la tranquilidad: por mucho que te gusten los videos de trannies y sus pollas, no quiere decir que en la vida real te gustara ese tipo de sexualidad. Aunque al final de toda, la cosa sería probar, ¿no crees?
A pesar de todo este tema confuso, es importante que se vaya entendiendo cada concepto, porque eso nos hace ser mucho más tolerantes, y conseguir la normalización de lo que ahora sería el colectivo LGTB. La ignorancia puede llevar a comportamientos erróneos y despectivos, como ya ha pasado siglos antes, cuando el ser cualquier cosa que no fuera heterosexual era un estigma, e incluso un delito. Eso hizo que estas personas tuvieran que estar en la clandestinidad, ocultando sus preferencias, y sus deseos más íntimos. ¿Te imaginas lo que eso le puede hacer a una hombre que se siente mujer, o al contrario? La sociedad y sus normas han sido un peso a tener en cuenta, con lo que es de agradecer que todo esto sea ya cosa del pasado.