Cosas que hacer en invierno si eres gay

A medida que el frío y la oscuridad se van instalando para quedarse, puedes pensar que tu vida amorosa ha llegado a un final frío y amargo (al menos hasta que llegue la primavera). ¡Este no tiene por qué ser el caso! Hay muchas citas invernales divertidas y fabulosas para homosexuales (que no es solo Netflix) a las que puedes asistir durante los meses de invierno:

  • Cata de vinos
    ¿Eres un gay amante de los lujos o qué? Hay un montón de catas de vino que puedes hacer en (la mayoría de) las ciudades. Ve a ponerte tu pañuelito peludo alrededor del cuello y finge que sabes de qué está hablando el sumiller cuando habla del terruño de las uvas.
  • Cita en el gimnasio
    A menudo, durante el invierno necesitamos una excusa para ir al gimnasio. Con una linda cita a tu lado, definitivamente encontrarás la motivación para levantarte de la cama.
  • Cocinar juntos
    Es algo muy bonito cuando se cortan verduras en pareja. También te da tiempo para hablar de otras cosas. (Por ejemplo, cómo aprendiste a cocinar con tu abuela, lo que luego te lleva a hablar sobre tu relación con ella y otros miembros de la familia).
  • Ir a una obra de teatro o un musical
    Es hora de que te conviertas en un gay culto, ¿no crees? Además, ¿cuándo fue la última vez que viste una obra de teatro?
  • Noche de trivial
    Demuestra todos tus conocimientos con tu cita yendo a algún lugar de trivial. Sé el gay sabelotodo (ya conoces el tipo).
  • Karaoke
    Todos los gays creen que saben cantar, pero ¿tú realmente puedes? Pruébalo. Canta “Let It Go” para demostrar que Idina Menzel no tiene nada que hacer contigo.
  • Ir a un mercado local
    Hay algo en una pareja del mismo sexo que va junta a un mercado de agricultores y discute sobre los altos precios de la miel de origen local que me grita gay. No sé exactamente qué es. Sí, esto está al aire libre. Así que definitivamente intenta hacer esto en una mañana más soleada (pero aún fresca).
  • Sexo
    Al diablo, invita a tu pareja a tener sexo. Ni siquiera empieces con Netflix o Prime. Solo pregúntale si quiere mantenerse abrigado besándose, siendo acariciado y abrazándolo durante unas horas. ¿No está muerta la cultura de las citas de todos modos? 

Porque no es gay todo lo que parece

En las últimas décadas, la lucha por los derechos sexuales de la ciudadanía ha sido una noticia permanente, todo provocado por las revoluciones sexuales de mediados del siglo pasado. Es una buena cosa que todas estas diversidades se hayan concentrado en siglas LGTBIQ+; un compendio de entender la sexualidad de diferentes formas, y cuyos miembros todos unidos pueden hacer una lucha mucho más visible y eficaz.

Pero lo malo es que, entre tanta sigla, puede que algunos todavía tengan ciertas confusiones con algunos conceptos, como pueden ser las diferencias entre gay, transexual y travesti. En la cultura machista y patriarcal que se ha vivido hasta hace poco, y que aún no ha acabado, cualquier comportamiento con tintes homosexuales o afeminados era metido en el mismo saco. Así, se ha usado maricón para todo como adjetivo despectivo, pero sin comprender que la identidad sexual de cada uno de estos hombres (y mujeres) era diferente en cada caso.

Parece ser que hay mucha confusión con el travestismo; al hombre travesti se le considera homosexual, pero no tiene por qué ser así. El vestirse de mujer puede ser solamente una especie de fetichismo sexual, que para nada quiere decir que el hombre que lo practica sienta deseo sexual por otro hombre. Claro que por otro lado puede haber gays, hombres que abiertamente declaran preferir el sexo con otros hombres, que gusten también de travestirse, pero aquí ya entran en juego las preferencias sexuales.

La cuestión más peliaguda, sin duda alguna, se refiere a la transexualidad. De manera formal, hablamos de disforia de género, y esto está más allá de una preferencia sexual. Estas personas se sienten como un género diferente al que tienen por su propio ADN; por ende, dicen estar en un cuerpo (entiéndase por esto órganos sexuales) que no es el suyo. Más allá de esto, pueden ser gays o no, ahí sí que entra la opción sexual; o tanto como puede ser una opción ser hetero, homosexual o bisexual.

Entonces, si veo porno trans, ¿me gustan las tías, me he vuelto marica o directamente un degenerado? Esta pregunta se la hacen muchos de los tíos que ven sexo con transexuales en videos de porno online. Y que conste que estas webs porno reciben muchas visitas a esta categoría, no es que estas dudas cohorte a los cibernautas de hacer sus visionados. Se entiende el morbo, claro está, porque las tías shemales (ya operadas parcialmente y con terapia de hormonas), como poco, despiertan curiosidad; y algunos tíos no gestionan eso muy bien, no lo toman de forma natural. Pero desde aquí una llamada a la tranquilidad: por mucho que te gusten los videos de trannies y sus pollas, no quiere decir que en la vida real te gustara ese tipo de sexualidad. Aunque al final de toda, la cosa sería probar, ¿no crees?

A pesar de todo este tema confuso, es importante que se vaya entendiendo cada concepto, porque eso nos hace ser mucho más tolerantes, y conseguir la normalización de lo que ahora sería el colectivo LGTB. La ignorancia puede llevar a comportamientos erróneos y despectivos, como ya ha pasado siglos antes, cuando el ser cualquier cosa que no fuera heterosexual era un estigma, e incluso un delito. Eso hizo que estas personas tuvieran que estar en la clandestinidad, ocultando sus preferencias, y sus deseos más íntimos. ¿Te imaginas lo que eso le puede hacer a una hombre que se siente mujer, o al contrario? La sociedad y sus normas han sido un peso a tener en cuenta, con lo que es de agradecer que todo esto sea ya cosa del pasado.

Las mejores posturas para el sexo gay

Como cualquiera que alguna vez haya tenido sexo gay, haya pensado en sexo gay o haya visto sexo gay sabrá que hay infinitas combinaciones posibles de posiciones sexuales para hombres. ¿Pero por dónde empezar? ¿Cuál se siente mejor? ¿Cómo tienen sexo los hombres homosexuales?

En primer lugar, formas y tamaños. Lo que funcione para ti y tu pareja dependerá de vuestra forma y tamaño. Si eres un hombre alto y el chico con el que estás teniendo sexo es mucho más bajo, podrás follar en posiciones que un par de tipos fornidos no encontrarían cómodas. Al final del día, se trata de ángulos, diferentes niveles de flexibilidad y poder mantener o cambiar de posición.

La mayoría de estas posiciones de sexo gay son posiciones de sexo anal, pero también hay algunas posiciones sexuales sin penetración al final.

Si eres versátil (y te animamos a que lo seas), por suerte, puedes probar tanto posiciones de arriba como de abajo. En algunas posiciones de sexo gay, la parte superior lidera la acción, y en algunas, la parte inferior toma la delantera:

  • La posición del misionero gay puede sonar aburrida, pero no lo es: es una de las posiciones más fáciles para un activo y no especialmente difícil para un pasivo.
  • Una almohada debajo del trasero del trasero puede ayudar a levantar su ano para un acceso más fácil y comodidad para ambas partes.
  • La posición del misionero gay es buena para mantener el contacto visual y una comunicación clara durante el sexo anal. Puede penetrar a su compañero lenta y cuidadosamente, sin perder de vista el objetivo. Puede generar un impulso con el que ambos se sientan cómodos. Y es fácil volver a entrar si te escapas, porque puedes ver todo con claridad.
  • Si ambos están de pie, y es posible que lo estén si están teniendo sexo en una sauna, club de sexo, pista de baile, cocina, etc., inclinándose para una camiseta o inclinando a alguien, puede ser algo magnífico. La postura de pie en los hombres son todas diferentes, por lo que la diferencia de estatura, la forma y el tamaño del pene y el ángulo en el que se realice la penetración influirán en el éxito (placentero) que tendrá esta joya de posición.
  • La postura del perrito es más complicada de lo que parece porque necesitarás posicionar tu trasero de una manera que facilite que tu parte superior te penetre.
  • Una de las mejores postura es la lateral: acuéstate de lado con el trasero hacia afuera. Podría ser útil abrir las nalgas para que la parte superior pueda encontrar su punto ideal.

¿Es una moda el «ser gay»?

Aunque en la actualidad se habla de ser homosexual, bisexual o transexual con más o menos normalidad, hay que reconocer que el colectivo LGTBI no lo ha tenido fácil. No hace falta más que echar un vistazo a la historia, y ver cómo las diferentes sociedades de todos los tiempos, a pesar de ser unas más tolerantes que otras, han visto siempre con un punto de depravación eso de tener relaciones sexuales del mismo sexo. Incluso, ya corriendo la época moderna, nos encontramos con que incluso podría ser un delito; y mejor no hablar lo que las distintas religiones han pensado sobre las parejas, el matrimonio e incluso el sexo de personas que declaraban no ser felices con el régimen heterosexual establecido. En fin, que sea como sea, y a pesar de que todavía hay mucho camino por andar, no podemos negar que el que ya se ha recorrido ha merecido la pena y ha empezado a dar sus frutos.

Sin embargo, algunos que piensan que es el mismo colectivo LGTBI el primer escollo para la normalización de su condición. Las críticas no dejan de recriminarles que con tanta actividad y deseo de hacerse visibles, acaban por romper la empatía por su elección de sexualidad, y que impide que esta, que pertenece al ámbito privado de cada persona, esté obligada a salir a cada momento para señalar su homosexualidad. Y además, que eso de «ser gay» es solamente una moda, propiciada precisamente por toda esa publicidad hacia los homosexuales y demás integrantes de su colectivo, que los hace tener más visibilidad, sí, pero también ofrece más fama y popularidad mal entendida.

¿Es cierto que hay cierta inclinación a declararse homosexual, apoyada precisamente por el deseo de hacerse notar? Bueno, teniendo en cuenta que así salieron del armario las estrellas gais, con todo un despliegue de popularidad alrededor y provocando aún más revuelo, puede dar la impresión de que es así. Precisamente por ser personajes mediáticos, estaba claro que se iba a hablar de su condición sexual; ahora bien, estaría por verse la cuestión de si realmente declararse gay o lesbiana cuando eres alguien famoso es una forma de alivio, o se aprovecha el tirón de la fama para poder hacerla mayor en su propio beneficio. Ya se sabe eso de «lo importante no es que hablen bien o mal de ti, sino que hablen», y que «el espectáculo debe continuar»; ahora bien, si eso está de moda, y se podrían hacer las cosas de forma más discreta si es que realmente se necesitar reconocer la homosexualidad, es harina de otro costal y no se puede afirmar con seguridad.

Lo que sí está de moda, y eso es indiscutible, es todo lo que tenga cierto tufillo a xxx gay. Ya hemos hablado de la enorme evolución que ha tenido el porno gay en los últimos años, sobre todo gracias a internet; y de que son muchas las mujeres que se declaran aficionadas a este tipo de pornografía de hombre con hombre. Además de eso, y gracias a toda la caterva de famosos que se han declarado homosexuales, parece que en cualquier ocupación los tipos sarasas sobresalen por sus aptitudes: son los mejores actores, los mejores artistas, los mejores deportistas… Puede ser pura demagogia, pero poco a poco eso entra en el imaginario de la sociedad, casi convirtiéndose en leyenda urbana. Y si añadimos a la presencia gay la curiosidad morbosa que genera en hombres y mujeres el sexo entre dos personas de sexo masculino, estamos ante una actividad puntera que gana adeptos con cada día que pasa.

Puedes apostar que no importa que te declares el ser más heterosexual del mundo: hoy por hoy, todo lo homosexual, sobre todo si trata de lesbianas y gay, es el último grito, y tiene ciertos componentes que siempre terminan por atraerte. Algo así como el lado oscuro…

La relación entre las mujeres y el porno gay

Estudios recientes han demostrado que el porno gay de hombre a hombre es muy popular entre las mujeres.

En 2016, un famoso portal de porno online reveló que las mujeres representan más de un tercio (37 %) de las personas que ven porno gay de hombre a hombre; proporcionalmente, los datos mostraron que las mujeres tenían más de dos tercios (69 %) más de probabilidades de ver pornografía gay que sus homólogos masculinos. Pero ya en 2015 descubrió que la pornografía con hombres homosexuales era consistentemente la segunda categoría más popular de pornografía para mujeres.

Según la investigadora Lucy Neville, una de las principales razones por las que las mujeres ven pornografía de hombres homosexuales es, simplemente, que a un buen número de mujeres les gusta mirar a hombres desnudos. Por otra parte, también declaró que las personas todavía están condicionadas en la sociedad para ver la desnudez masculina como «asquerosa, divertida o aterradora».

A la luz de esto, dijo que muchas de las mujeres con las que habló estaban ansiosas por encontrar una manera de mirar a los hombres y apreciar la gracia y la belleza masculinas. Además, declaró que algunas mujeres también querían volcar la «mirada masculina», que es que gran parte de la pornografía está hecha para atender a hombres heterosexuales, ignorando los deseos sexuales de quienes se sienten atraídos por la forma masculina.

Sin embargo, descubrió algunas razones más serias detrás de por qué tantas mujeres ven porno gay. Reveló que para las víctimas de violación y los supervivientes de abuso, este tipo de porno es uno de los pocos tipos de medios sexualmente explícitos que pueden disfrutar sin sentirse provocados o re-traumatizados.

También dijo que las mujeres que ven porno gay lo hacen porque no tienen que sentirse culpables o preocupadas por las actrices femeninas, preguntándose si lo están disfrutando, si están siendo explotadas, si les duele, si realmente solo tuvieran un orgasmo. Agregó que algunas mujeres declararon disfrutar de la versatilidad del sexo gay, y los espectadores no saben quién será el penetrador o el penetrado en el acto sexual.

Y por último, para las mujeres a las que les gustan las perversiones y el BDSM, el hecho de que las estrellas porno masculinas homosexuales sean del mismo género elimina algunas de las dinámicas de poder potencialmente desagradables de una escena, y significa que pueden simplemente disfrutar del erotismo del acto.

La historia del porno gay

Es tentador pensar que el porno gay es un fenómeno relativamente reciente. Sin embargo, la fascinación por ver a los hombres tener sexo entre ellos no es nueva: de hecho, ha estado allí desde tiempos prehistóricos.

También ha estado a la vanguardia de muchos avances tecnológicos. Poco después de la invención de las placas fotográficas en el siglo XIX, la gente comenzó a fotografiar desnudos. Una de las razones por las que VHS despegó a principios de la década de 1980 fue porque significaba que ya no tenía que aventurarse en los cines porno.

Los antiguos griegos y romanos fueron de los primeros en presentar imágenes eróticas en cerámica. Algunos de ellos representaban relaciones entre personas del mismo sexo y muchos de ellos celebraban los ideales culturales de la belleza masculina.

Quizás sorprendiendo a los consumidores de pornografía gay de hoy en día, los griegos consideraban que el pene masculino ideal era pequeño, delgado e incircunciso. El dramaturgo griego Aristófanes resumió la belleza masculina como «un pecho reluciente, piel brillante, hombros anchos, lengua diminuta, nalgas fuertes y un pequeño pinchazo».

Esta idea de la belleza masculina se trasladó a la época romana. Un artefacto notable de esta época es la Copa Warren, que se encuentra en el Museo Británico de Londres. Cuenta con dos grabados de figuras masculinas practicando sexo anal.

Los griegos y los romanos no fueron los únicos que lo hicieron. El arte Shunga fue una forma específica de arte en madera que floreció entre los siglos XIII y XIX en Japón. A menudo representaba relaciones sexuales, incluidas parejas del mismo sexo.

La imprenta llegó a Europa a mediados del siglo XV, y poco después siguieron imágenes de sexo. Algunos estudiosos remontan el comienzo de la pornografía a un libro francés ilustrado y anónimo publicado en 1655, titulado L’Ecole des Filles. En él, dos mujeres jóvenes discuten el sexo en detalle. El cronista Samuel Pepys menciona la compra de una copia y dice que tiene la intención de quemarla después para que su esposa no la descubra.

Los primeros procesos fotográficos llegaron en la década de 1830 a Francia. Poco después, los primeros fotógrafos producen imágenes de desnudos como ayudas para que los artistas pinten y dibujen. Esta es la primera vez que algunas personas pueden tener en sus manos imágenes fotográficas realistas de cuerpos desnudos.

A finales del siglo XIX, surgió un comercio clandestino de postales que mostraban modelos desnudos, a veces denominadas «postales francesas»; algunas de estas incluían parejas del mismo sexo.

La primera revista erótica apareció a finales del siglo XIX. Al principio, estos presentaban bailarinas de burlesque. Sin embargo, en un esfuerzo por adoptar un brillo de respetabilidad científica, luego se volvieron hacia la representación del arte del naturismo, tanto hombres como mujeres desnudos.

La primera película que se cree que incluye escenas sexuales hardcore gay y bisexual es una película muda francesa titulada Le ménage moderne de Madame Butterfly. En una década, su productor y director, Bernard Natan , pasó a ser dueño del estudio cinematográfico más grande de Francia: Pathé.

El seminal fotógrafo estadounidense Bob Mizer comenzó a vender sus fotografías en blanco y negro de jóvenes atléticos por correo. En 1945, crea Athletic Model Guild y lanza Physique Pictorial, que luego publica miles de imágenes de hombres jóvenes musculosos en bolsas de poses distintivas.

A mediados de los años 60, había aparecido una pequeña cantidad de salas de cine para adultos en la costa oeste y la costa este de los EE. UU. Junto con la revolución sexual que arrasó gran parte del mundo, comenzaron a extenderse rápidamente por los EE. UU. A finales de los 60 y principios de los 70, lo que llevó a un aumento en la producción de pornografía.

Todo cambió para el porno en la década de 1980 por dos razones: en primer lugar, el advenimiento del video casero provocó el cierre de muchas salas de cine para adultos y la proliferación de productores de videos pornográficos. En segundo lugar, llegó la epidemia de SIDA / VIH, que provocó el cierre de algunos clubes sexuales y baños, y la llegada de condones en material pornográfico. Entró en el sexo más seguro, mientras que los intentos de crear historias se volvieron a favor de pasar a la acción hardcore lo más rápido posible.

En los años 90, el DVD comenzó a tomar el relevo del video. Entre los estudios de pornografía exitosos que surgieron en la década se encuentra BelAmi , fundado por George Duroy, nacido en Eslovaquia. La compañía se especializa en pornografía utilizando hombres y películas de Europa del Este en ciudades como Praga y Budapest. Los artistas notables del establo de BelAmi incluyen a Johan Paulik y Lukas Ridgeston .

El crecimiento de Internet al principio hizo poco por frenar el éxito de los estudios de pornografía. Uno de los mayores desarrollos en la web en la década de 2000 fue el nacimiento de la transmisión en vivo y los sitios que alojan videos. De repente, no eran solo las empresas de pornografía las que producían pornografía, ahora todos podían hacerlo y llegar a una audiencia.

La transmisión en vivo y los videos caseros de aficionados, filmados y editados fácilmente en teléfonos inteligentes, han continuado consumiendo las ganancias de algunos de los estudios de pornografía gay más antiguos basados ​​en producción.

Hace 50 años, si querías acceder a la pornografía gay, tenías que localizar a un proveedor de pedidos por correo, enviar un cheque y esperar a que un paquete envuelto en papel de titillation llegara a tu buzón. Alternativamente, podrías arriesgarte a viajar a un teatro para adultos o una librería gay en una gran ciudad. ¡Cómo cambian las cosas! Hoy en día, puedes rastrear porno gay en segundos en tu teléfono. Los beneficios han pasado de las empresas de producción a las que facilitan la distribución online y, en algunos casos, a los propios artistas intérpretes o ejecutantes.