Aunque en la actualidad se habla de ser homosexual, bisexual o transexual con más o menos normalidad, hay que reconocer que el colectivo LGTBI no lo ha tenido fácil. No hace falta más que echar un vistazo a la historia, y ver cómo las diferentes sociedades de todos los tiempos, a pesar de ser unas más tolerantes que otras, han visto siempre con un punto de depravación eso de tener relaciones sexuales del mismo sexo. Incluso, ya corriendo la época moderna, nos encontramos con que incluso podría ser un delito; y mejor no hablar lo que las distintas religiones han pensado sobre las parejas, el matrimonio e incluso el sexo de personas que declaraban no ser felices con el régimen heterosexual establecido. En fin, que sea como sea, y a pesar de que todavía hay mucho camino por andar, no podemos negar que el que ya se ha recorrido ha merecido la pena y ha empezado a dar sus frutos.
Sin embargo, algunos que piensan que es el mismo colectivo LGTBI el primer escollo para la normalización de su condición. Las críticas no dejan de recriminarles que con tanta actividad y deseo de hacerse visibles, acaban por romper la empatía por su elección de sexualidad, y que impide que esta, que pertenece al ámbito privado de cada persona, esté obligada a salir a cada momento para señalar su homosexualidad. Y además, que eso de «ser gay» es solamente una moda, propiciada precisamente por toda esa publicidad hacia los homosexuales y demás integrantes de su colectivo, que los hace tener más visibilidad, sí, pero también ofrece más fama y popularidad mal entendida.
¿Es cierto que hay cierta inclinación a declararse homosexual, apoyada precisamente por el deseo de hacerse notar? Bueno, teniendo en cuenta que así salieron del armario las estrellas gais, con todo un despliegue de popularidad alrededor y provocando aún más revuelo, puede dar la impresión de que es así. Precisamente por ser personajes mediáticos, estaba claro que se iba a hablar de su condición sexual; ahora bien, estaría por verse la cuestión de si realmente declararse gay o lesbiana cuando eres alguien famoso es una forma de alivio, o se aprovecha el tirón de la fama para poder hacerla mayor en su propio beneficio. Ya se sabe eso de «lo importante no es que hablen bien o mal de ti, sino que hablen», y que «el espectáculo debe continuar»; ahora bien, si eso está de moda, y se podrían hacer las cosas de forma más discreta si es que realmente se necesitar reconocer la homosexualidad, es harina de otro costal y no se puede afirmar con seguridad.
Lo que sí está de moda, y eso es indiscutible, es todo lo que tenga cierto tufillo a xxx gay. Ya hemos hablado de la enorme evolución que ha tenido el porno gay en los últimos años, sobre todo gracias a internet; y de que son muchas las mujeres que se declaran aficionadas a este tipo de pornografía de hombre con hombre. Además de eso, y gracias a toda la caterva de famosos que se han declarado homosexuales, parece que en cualquier ocupación los tipos sarasas sobresalen por sus aptitudes: son los mejores actores, los mejores artistas, los mejores deportistas… Puede ser pura demagogia, pero poco a poco eso entra en el imaginario de la sociedad, casi convirtiéndose en leyenda urbana. Y si añadimos a la presencia gay la curiosidad morbosa que genera en hombres y mujeres el sexo entre dos personas de sexo masculino, estamos ante una actividad puntera que gana adeptos con cada día que pasa.
Puedes apostar que no importa que te declares el ser más heterosexual del mundo: hoy por hoy, todo lo homosexual, sobre todo si trata de lesbianas y gay, es el último grito, y tiene ciertos componentes que siempre terminan por atraerte. Algo así como el lado oscuro…